Guardar la masa de pizza comprada o hecha en casa en el frigorífico o el congelador es una forma estupenda de tener pizzas listas para cuando te apetezca. Una vez que sepas cómo conservar la masa de pizza correctamente, podrás asegurarte de que nunca falten más de unas horas para disfrutar de una deliciosa pizza.
La masa de pizza es una masa fermentada a base de trigo que los pizzeros extienden finamente y dan forma de disco o rectángulo. A la masa se le añaden ingredientes como tomate, queso, carne y verduras, y luego se hornea a alta temperatura. Una vez horneada, la masa se convierte en una corteza de pizza crujiente y gomosa.
Si quieres saber más, te recomendamos que le eches un vistazo a nuestro artículo: Receta Original de la Masa de Pizza Napolitana
Si se conserva correctamente, la masa de pizza casera puede durar hasta cinco días en el frigorífico o hasta tres meses en el congelador. Sin embargo, el mejor tiempo de conservación dependerá de la cantidad de levadura que contenga la masa. Por lo general, cuanta menos levadura tenga la masa, más tiempo podrá conservarse. Por lo tanto, guardar la masa sobrante en el congelador es una gran estrategia si quiere que la planificación de sus comidas sea mucho más fácil.
Independientemente de la receta de masa de pizza que elijas, la masa de pizza debe guardarse en el frigorífico o en el congelador. Enfriar la masa de pizza mantiene viva la levadura al ralentizar el proceso de fermentación natural del microorganismo. Si la masa se deja a temperatura ambiente durante demasiado tiempo, la levadura consumirá todo el azúcar de la masa y tu pizza no subirá correctamente.
1. Prepara la masa de pizza y déjala reposar. Deja fermentar la masa durante toda la noche en un recipiente grande y hermético o en un bol cubierto con film transparente. Una vez finalizada la primera fermentación, moldea la masa de pizza en bolas individuales. Cada bola de masa debe coincidir con el tamaño de la porción de pizza que planea hacer en el futuro, ya sea una pizza mediana o una extra grande.
2. Prepara tus pizzas para la nevera. Evita dejar la masa a temperatura ambiente durante demasiado tiempo, ya que esto puede hacer que la superficie de la masa se seque. Unta la masa uniformemente con aceite de oliva.
3. Envuelve y guarda tus pizzas. Tienes varias opciones para guardar la masa de pizza en la nevera. Puedes poner la masa en un bol y cubrir la superficie con film transparente, envolver toda la masa en film transparente o simplemente colocarla en una bolsa de plástico cerrada o en un recipiente hermético. Cuando quieras hacer la pizza, simplemente sácala de la nevera y deja que alcance la temperatura ambiente. Puede tardar entre veinte y treinta minutos.
Para congelar la masa de pizza, el proceso es muy similar. Sigue los pasos uno y dos del proceso anterior y luego haz lo siguiente:
1. Prepara rápidamente la masa de pizza para el congelador. Coloca tus bolas de masa aceitadas en una sola capa sobre una bandeja cubierta con papel pergamino y congela durante unas tres horas.
2. Mete la masa de pizza en una bolsa de plástico. Retira las bolas de masa congeladas de la bandeja para hornear y colócalas en una bolsa de plástico. Elimina todo el aire posible y cierra la bolsa herméticamente. Un almacenamiento adecuado te ayuda a mantener la masa fresca al tiempo que minimiza las quemaduras por congelación.
3. Guarda la masa de pizza en el congelador hasta tres meses. Utiliza la masa de pizza congelada en los noventa días siguientes a su congelación para obtener los mejores resultados. Cuando vayas a utilizarla, descongela la masa en su recipiente en el frigorífico durante toda la noche y, a continuación, déjala a temperatura ambiente antes de continuar con el proceso de elaboración de la pizza.
Como ya hemos comentado, añadir un poco de aceite a la superficie de la masa de la pizza puede ayudar a conservarla y mantener su frescura durante más tiempo. El aceite puede ayudar a evitar que la masa se seque y a conservar su textura suave y elástica.
Otro ingrediente que puede ayudar a conservar la masa de la pizza es el azúcar. Añadir un poco de azúcar a la masa de la pizza puede favorecer su conservación durante más tiempo, ya que el azúcar actúa como conservante natural y ayuda a evitar que la masa se ponga moho.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que añadir demasiado aceite o azúcar a la masa de la pizza puede afectar su sabor y textura.