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Una deliciosa pizza con rúcula, queso grana y bresaola, un popular embutido italiano. Una receta tradicional con un carácter muy especial.
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Una focaccia tradicional de la región de Puglia con unos ingredientes muy simples y fácil de hacer que esconde un secreto en su masa.
Disfruta de una deliciosa pizza cuyos protagonistas son la rúcula y el salmón aderezados por la compañía de chalotas y aceitunas negras.
La forma en que la pizza pasó de ser una comida de la clase baja de los distritos pobres de Nápoles a la fama actual, es interesante y está llena de momentos importantes. La popularidad mundial de este increíble plato ha provocado a su alrededor muchas anécdotas y hechos interesantes. En esta sección, podrás encontrar algunos de los más destacados.
La historia de la civilización está llena de recetas y platos, pero sólo unos pocos han logrado capturar la imaginación y el respeto de toda la humanidad. Aquí podrás conocer historias increíbles sobre los orígenes de la pizza, y su viaje desde los hornos de los chefs italianos hasta su actual fama mundial.
Un buen maestro pizzero debe saber elegir sus utensilios. En esta sección analizamos las mejores herramientas para que tus pizzas puedan alcanzar un nuevo nivel con todo el sabor. Entra y encuentra selecciones de los mejores artículos relacionados con el mundo de la pizza y consejos a la hora de elegirlos.
Cuanto más atrás miramos en el tiempo, más detalles interesantes podemos encontrar sobre lo que rodea a la pizza. Hoy en día este plato es uno de los más populares de todo el mundo, pero esa fama y reconocimiento vino de las décadas de trabajo de muchas franquicias internacionales de pizzerías que extendieron este plato por los cuatro rincones del globo.
Antes de que se establecieran estas cadenas pizzeras en los 90, este plato vio como su popularidad iba creciendo lentamente en España. Aunque ya hay alguna mención anterior, en la segunda mitad del siglo XX empezó a aparecer como parte de la carta de algunos restaurantes.
Aunque la Italia del siglo XIX, y más concretamente la costera ciudad de Nápoles, es considerada como el lugar de origen de la pizza moderna, sus raíces se remontan a los antiguos imperios romano, griego y persa.
En los registros de esas épocas aparecen varios tipos de panes con formas redondas y planas, a los que se les añadía distintos tipos de coberturas encima. Si bien muchas civilizaciones europeas han continuado elaborando platos creados de esta manera hasta el día de hoy (la coca de Cataluña y Valencia, la pita griega, pide en Turquía, lepinja o solmun en los Balcanes), los cocineros de Italia se interesaron más por la pizza.
A lo largo de los siglos, desde la antigüedad hasta la edad media, crearon distintas variantes de pizza. En las ruinas preservadas de la ciudad italiana de Pompeya, los arqueólogos encontraron signos indiscutibles de la red que suministraba y mantenía la producción de pizzas: desde los puestos callejeros, hasta las cocinas de los restaurantes donde se cocinaban.
El ingrediente más importante que elevó el plato local italiano a la mundialmente famosa pizza fue el tomate llegado del Nuevo Mundo en el siglo XVI. Aunque la nobleza italiana consideraba el tomate como un alimento de pobres, las inventivas recetas y diseños de los maestros pizzaioli (pizzeros) napolitanos lograron hacerles cambiar de opinión rápidamente.
A medida que la popularidad de la pizza crecía, los pizzeros comenzaron a expandir su negocio. El primer restaurante dedicado sólo a la venta de pizza se abrió en Nápoles en 1.830, y después de eso aparecieron muchos más por toda Italia.
La pizza en la que se basan casi todos los diseños fue creada en 1.889 por las manos del famoso chef napolitano Raffaele Esposito que hizo tres pizzas para los Reyes de Italia. Él fue el creador de la variedad Margherita (margarita) que se convirtió en el estándar a partir del cual se crearían todas las futuras pizzas.
Aunque como hemos dicho la pizza que conocemos tuvo su origen en Nápoles, no fue la propia Italia quien hizo famoso a su querido plato.
Los emigrantes italianos que llegaron a Estados Unidos no quisieron deshacerse de una de sus comidas favoritas cuando se instalaron en el nuevo continente. Lentamente su fama fue creciendo más allá de los hogares italoestadounidenses, pero no fue hasta terminar la Segunda Guerra Mundial y con ella la vuelta de unos hambrientos soldados europeos, cuando consiguió su repentino auge.
Encantados con esta magnífica comida, los soldados lograron influir en el resto de la población de EE.UU. para que adoptara este plato italiano. Inmediatamente empezaron a aparecer grandes franquicias de pizzerías y de allí, la pizza comenzó a extenderse por todo el mundo.
En la actualidad, los consumidores de todo el mundo compran aproximadamente 5.000 millones de pizzas al año. Cada español se gasta anualmente unos 75 euros de media en pizzas tanto en restaurantes como en pedidos a domicilio. La creciente industria pizzera ha desviado sus esfuerzos por servir pizzas en los restaurantes a entregarlas directamente en los hogares de los consumidores ya sea congeladas o precocinadas.
Hoy en día la pizza sigue encantando a los compradores hambrientos de todo el mundo. Diariamente se crean nuevas combinaciones de masa y condimentos, influenciados por la cocina y las tradiciones culinarias locales.