Aunque nació en Italia, fue Estados Unidos y sus cadenas internacionales de pizzerías quien realmente le concedió su actual fama mundial. Si alguna vez has visitado Italia y has probado la pizza, habrás notado alguna que otra diferencia con respecto a las que se venden en cadenas de restaurantes de comida rápida de tu país.
A pesar del título de este artículo, no hablaremos aquí de cuál es mejor o peor. Eso es más bien una cuestión de gustos que de cualquier otra cosa. Sin embargo, intentaremos destacar sus principales diferencias y qué hace especial cada una.
Antes de comentar las diferencias, comencemos con un poco de historia. La pizza fue llevada a Estados Unidos por los inmigrantes italianos y popularizada por los soldados que volvían a casa de la Segunda Guerra Mundial. Este delicioso plato se impuso rápidamente en el país norteamericano.
Al principio, las pizzas de EE.UU. eran probablemente muy similares a las de Italia, pero a medida que el plato se hacía cada vez más popular, fue modificándose para adaptarse a los gustos típicos de este país.
La primera diferencia, y como no podía ser de otro modo, es la cultura culinaria reflejada principalmente en la preferencia y el tipo de ingredientes usados en ambas naciones. Mientras que en Italia predominan los ingredientes frescos y habituales de la cocina mediterránea, en Estados Unidos hay una cierta predilección por la carne y ciertos tipos de coberturas más calóricas.
Una diferencia clave entre las versiones americana e italiana es el tipo de salsa que se utiliza. En Estados Unidos se utiliza una salsa de tomate de cocción lenta. Algunos restaurantes crean sus propias recetas picantes para dar a sus pizzas un sabor único que no se puede encontrar en ningún otro sitio.
Sin embargo, y para sorpresa de muchos visitantes estadounidenses, este no es el caso de Italia. En su lugar, es más probable encontrar una mezcla de aceite de oliva, puré de tomates frescos, ajo y orégano en la pizza. Esto da a la pizza un sabor fresco y aromático que impregna la corteza inferior.
En EE.UU., es más probable que la pizza se haga a su manera. Estados Unidos es el hogar del especial para los amantes de la carne. Puedes encontrar todo tipo de carne apilada sobre una pizza: salchicha, pepperoni, hamburguesa, bacon, jamón…. En resumen, casi cualquier tipo de carne.
A los italianos les horroriza este enfoque de la pizza. Lo consideran un sacrilegio. En Italia, no se mezclan las carnes; se aprecian los sabores únicos de cada tipo de embutido o variedades locales de jamón (prosciutto).
Por lo general, no se suele incluir una mezcla de diferentes tipos de carne en un solo plato. Suelen considerar que esas variedades de pizza de carne son más propias de la tradición de otros países.
En cualquier caso eso no significa que este tipo de pizza no sea deliciosa. La famosa pizza pepperoni no es realmente italiana, sino de EE.UU.
En Italia, encontrarás una gran variedad de masas; parece que cada pequeño pueblo tiene su propia versión única y propia. En algunos lugares, la masa es tan fina que es como comer galletas de queso con los ingredientes puestos encima.
En Estados Unidos, además de la pizza de masa fina, tenemos la pizza “deep dish” o estilo Chicago, que es una creación totalmente americana parecida a una mezcla entre una sfincione (un tipo de pizza siciliana pero de menor grosor) y una pizza normal redonda con borde. Algunas pizzas de masa alta son tan gruesas que se podría pensar que se está comiendo pan recién horneado con algunos ingredientes encima.
Estados Unidos ha tomado lo que en su día fue una abundante comida de obreros vendida por los vendedores ambulantes de Nápoles y ha creado un plato internacional. Esto se ha conseguido poniendo todo tipo de ingredientes que se puedan concebir en una pizza. Ahora tenemos la hawaiana (jamón y piña), la cajún (gambas y condimento cajún) y la "barbacoa" (carne picada y salsa barbacoa).
En Italia, la pizza es normalmente concebida como un plato tradicional más, y por ello, aunque no hay miedo a innovar, es normal que las recetas originales permanezcan inmutables y sean más habituales.