La pizza Bismarck, toma su nombre del homónimo y famoso conde alemán que era un maniático amante de los huevos, adoraba comerlos prácticamente a todas horas. La leyenda cuenta que era capaz de comer hasta 12 huevos al día, utilizándolos como "condimento" de cualquier plato. ¿Qué puede ser mejor que una buena pizza con huevos?
🥘 Preparación
10 minutos⏲️ Cocción
20 minutos👩🍳 Dificultad
Baja🍽️ Raciones
1 pizzaAntes de emplear los ingredientes debes limpiar 6 o 7 espárragos y hervirlos durante 5 minutos para que alcancen el punto adecuado que remataremos con el horneado posterior.
En una pizza con huevo es fundamental que la yema esté cocida por completo. Esto ocurre cuando la yema se vuelve un poco más amarilla y menos naranja pero si no estás seguro, pínchala con un palillo de dientes y mira si todavía está líquida.
Si tienes menos tiempo o no dispones de algún igrediente, puedes hacer una deliciosa pizza con un sólo huevo de gallina (a ser posible campero). Quita el bacon y los espárragos y cámbialos por 8 tomates cherrys cortados por la mitad y un poco de cebolla.
Fríe y dora un poco de cebolla antes de echarla sobre la salsa de tomate. Rompe la cáscara del huevo y échalo en el centro. Coloca las mitades de los tomates alrededor y espolvorea un poco de albahaca u orégano y tendrás una magnífica pizza lista en un momento.
Como ya hemos comentado antes, vigila que la yema esté en su punto. Así evitarás que la pizza gotee y los invitados se manchen. Recuerda que hay mucha gente que puede echarle para atrás un huevo con aspecto crudo.
Desde hace varias décadas, se denomina estilo Bismarck a cualquier preparación que lleve una adición de huevos, a menudo fritos. No importa lo que sea, ya sea un tierno filete de carne, espárragos u otras verduras, incluso pizza... Si lleva huevos, entonces es pizza al estilo Bismarck.
El origen de esta definición viene del hecho de que al famoso canciller Otto Von Bismarck, artífice del nacimiento del Imperio Alemán en la segunda mitad del siglo XIX, le encantaban los huevos. Tanto es así que era capaz de comer incluso 12 a la vez. ¡Doce!
“El que trabaja mucho, debe comer bien y también regarlo”. Esta máxima se ha atribuido precisamente al político alemán, que amaba la comida copiosa y la buena bebida, sin excepción: el vino del Rin, la cerveza junto al río, el champán.
Prefería la carne, como muchos de sus contemporáneos, y los alimentos de lujo, como las ostras y el caviar. Entre sus platos favoritos estaban los de carne de ave: faisán asado, pato o pechuga de ganso ahumada, cocinados de forma tradicional.
Como te puedes imaginar, no hay ningún plato tradicional alemán que lleve huevos encima de la carne... pero poner la presencia de huevos junto a su más devoto admirador era un homenaje inevitable.
¡Así que aquí está la pizza estilo Bismarck! Para darle un toque gourmet hemos usado huevos de codorniz, horneados el tiempo suficiente para que las claras se volvieran opacas, espárragos cortados por la mitad a lo largo y lonchas de bacon.
Es una pizza bastante contundente, si no trabajas tanto como el canciller alemán, ¡con una porción grande será suficiente!
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